¿Centros de Recuperación? ¡Un Infierno!
*Vida para el que se va, muerte para el que se queda
Dedicado a Eulogio, Feliciano, César el peluquero, Armando el ex-perito y gavilla que los acompañan
Por: Ernesto Márquez Hernández
Papantla, Ver.- “Mi nombre es Wanamá III y soy un
pinchurriento alcohólico, en un día de tantos y después de llevar más de 15
días de ingerir caña me decidí a dejar de beber en vista de unos compromisos
importantes que debería cumplir en mi vida personal, anteriormente y
proponiéndomelo yo solo dejaba de beber, sólo era cuestión que me decidiera.
Pero en aquellos días necesitaba de ayuda para poder hacerlo.
Había acudido a los grupos tradicionales de vez en cuando
pero decidí que era mejor en un grupo 24 Horas, salí de mi domicilio en estado
de ebriedad sin que nadie de mi familia se diera cuenta hacia donde me dirigía,
encontré en el camino a una amistad de quien sabía que acudía a un grupo y le
pedí su ayuda:
-Estás seguro de lo que intentas hacer- me dijo.
-Seguro, sé que si me aceptan por tres días con esos tengo
para alivianarme, le contesté.
-Está bien, lo importante es que tengas en mente que quieres
dejar de beber.
Al poco rato, en un no muy lejano 4 de Abril del 2004, ya
estaba dándome de alta voluntariamente en el “Grupo 24 Horas A.A. Fuente de
Vida”, me aceptaron de inmediato aclarándoles que sólo necesitaba de 3 días
para recuperarme y así cumplir con mis compromisos personales, esta condición
la consideraron sin importancia y me dijeron que no había ningún problema.
Esa misma noche me sacaron a mi primera sesión, lo que ahí
escuché, la forma en que “terapean” a los internos me pareció que conmigo no
iba a funcionar y así se lo hice saber al “padrino” que me había recibido a mi
llegada:
-Sabe usted, señor,
creo que la terapia que utilizan en este lugar conmigo no va ha funcionar y
como por mi propia voluntad llegué, por mi propia voluntad me quiero retirar.
-Por qué dices que esta terapia no funciona para ti?
-Todas esas groserías y obscenidades que dicen estando como
internas dos chamacas, una de 14 y otra de 15 años, las mentadas de madre que
les dicen a todos, no estoy acostumbrado a escucharlas y menos si alguna vez
las van a mencionar hacia mi persona.
-Hey pendejos vengan todos a escuchar al señorito de los
oídos castos, que dizque no está acostumbrado a escuchar malas palabras, pues
para que te lo sepas hijo de tu pu...
madre aquí te vas a quedar y no nomás tres días van a ser
tres meses, aquí te ching... así que vete acostumbrando pinch... pend...
-Óigame a
mí no me insulta y como le dije vine por mi voluntad y por mi voluntad me
quiero ir...
-¡Amarren
a este pend... a ver si como ronca duerme! Vale más que no te pongas muy ching...
porque te lleva la ching...
De pronto
me vi envuelto en un mar de pensamientos que todos se atropellaban en mi mente,
indefenso ante tantos alcohólicos como yo que estaban dispuestos a todo con tal
de burlarse de mí, se dieron cuenta quién era Wanamá III porque poco después
que yo, había llegado a este lugar una persona que me conocía y les dijo quién
era yo, para ellos era la gloria humillar a alguien con reconocida trayectoria
en esta tierra.
Me
asignaron un dizque “papá” quien se encargaría de llevarme al baño, echarle
agua a la taza, servirme la comida, en fin todas las necesidades, como si fuera
un recién nacido.
Al día
siguiente, domingo, a la hora del almuerzo y debido a que yo como lo mencioné
llevaba más de 15 días seguidos embriagándome, pues no me caía nada en el
estómago.
-Vamos a
almorzar, me dijo mi “papá”
-Sabes qué
ahorita no me cae nada de comida
Al notar
que yo no salía a comer el encargado del negocio, porque esto es un negocio fue
a ver el motivo.
-Dice que
no le gusta la comida, le dijo mi “papá”
-P’os qué
quieres hijo de tu put... mad..., sacahuil, barbacoa o algo en especial,
¡Aplíquenlo! ¡No le den tampoco la comida y ni agua en todo el día!
...Continuará
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