viernes, 18 de enero de 2019

Vida para el que se va, muerte para el que se queda...


¿Centros de Recuperación? ¡Un Infierno!



*Vida para el que se va, muerte para el que se queda


Dedicado a Eulogio, Feliciano, César el peluquero, Armando el ex­-perito y gavilla que los acompañan


Por: Ernesto Márquez Hernández

Papantla, Ver.- “Mi nombre es Wanamá III y soy un pinchurriento alcohólico, en un día de tantos y después de llevar más de 15 días de ingerir caña me decidí a dejar de beber en vista de unos compromisos importantes que debería cumplir en mi vida personal, anteriormente y proponiéndomelo yo solo dejaba de beber, sólo era cuestión que me decidiera. Pero en aquellos días necesitaba de ayuda para poder hacerlo.

Había acudido a los grupos tradicionales de vez en cuando pero decidí que era mejor en un grupo 24 Horas, salí de mi domicilio en estado de ebriedad sin que nadie de mi familia se diera cuenta hacia donde me dirigía, encontré en el camino a una amistad de quien sabía que acudía a un grupo y le pedí su ayuda:

-Estás seguro de lo que intentas hacer- me dijo.

-Seguro, sé que si me aceptan por tres días con esos tengo para alivianarme, le contesté.

-Está bien, lo importante es que tengas en mente que quieres dejar de beber.

Al poco rato, en un no muy lejano 4 de Abril del 2004, ya estaba dándome de alta voluntariamente en el “Grupo 24 Horas A.A. Fuente de Vida”, me aceptaron de inmediato aclarándoles que sólo necesitaba de 3 días para recuperarme y así cumplir con mis compromisos personales, esta condición la consideraron sin importancia y me dijeron que no había ningún problema.

Esa misma noche me sacaron a mi primera sesión, lo que ahí escuché, la forma en que “terapean” a los internos me pareció que conmigo no iba a funcionar y así se lo hice saber al “padrino” que me había recibido a mi llegada:

 -Sabe usted, señor, creo que la terapia que utilizan en este lugar conmigo no va ha funcionar y como por mi propia voluntad llegué, por mi propia voluntad me quiero retirar.

-Por qué dices que esta terapia no funciona para ti?

-Todas esas groserías y obscenidades que dicen estando como internas dos chamacas, una de 14 y otra de 15 años, las mentadas de madre que les dicen a todos, no estoy acostumbrado a escucharlas y menos si alguna vez las van a mencionar hacia mi persona.

-Hey pendejos vengan todos a escuchar al señorito de los oídos castos, que dizque no está acostumbrado a escuchar malas palabras, pues para que te lo sepas hijo de tu pu...

madre aquí te vas a quedar y no nomás tres días van a ser tres meses, aquí te ching... así que vete acostumbrando pinch... pend...

 -Óigame a mí no me insulta y como le dije vine por mi voluntad y por mi voluntad me quiero ir...

 -¡Amarren a este pend... a ver si como ronca duerme! Vale más que no te pongas muy ching... porque te lleva la ching...

De pronto me vi envuelto en un mar de pensamientos que todos se atropellaban en mi mente, indefenso ante tantos alcohólicos como yo que estaban dispuestos a todo con tal de burlarse de mí, se dieron cuenta quién era Wanamá III porque poco después que yo, había llegado a este lugar una persona que me conocía y les dijo quién era yo, para ellos era la gloria humillar a alguien con reconocida trayectoria en esta tierra.

 Me asignaron un dizque “papá” quien se encargaría de llevarme al baño, echarle agua a la taza, servirme la comida, en fin todas las necesidades, como si fuera un recién nacido.

Al día siguiente, domingo, a la hora del almuerzo y debido a que yo como lo mencioné llevaba más de 15 días seguidos embriagándome, pues no me caía nada en el estómago.

 -Vamos a almorzar, me dijo mi “papá”

 -Sabes qué ahorita no me cae nada de comida

 Al notar que yo no salía a comer el encargado del negocio, porque esto es un negocio fue a ver el motivo.

  -Dice que no le gusta la comida, le dijo mi “papá”

 -P’os qué quieres hijo de tu put... mad..., sacahuil, barbacoa o algo en especial, ¡Aplíquenlo! ¡No le den tampoco la comida y ni agua en todo el día!

...Continuará

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