TOTONAKEANDO
¡Desde el Imperio del Totonacapan!
por Wanamá
-Sr. Márquez, le hablan por teléfono
-Dígales que estoy ocupado, que llamen en un rato más- Le
contesté a la secretaria que interrumpió la junta que tenía con el patrón, le
estaba mostrando los estados financieros de la empresa en la cual yo trabajaba.
Como a los 10 minutos volvió a entrar la secretaria
–Sr. Márquez, le hablan por teléfono- le contesté lo
mismo
Otros diez minutos después, nueva interrupción
–Sr. Márquez, que es urgente
-Ah que la fregada, vaya y conteste- me dijo el patrón
Salí del privado y contesté, era mi Jefa…
-Mjjj, qué importancia te das, vengo a verte y no quieres ni
contestar el teléfono
-Onde está Jefa?
-Aquí, en la terminal de autobuses, pero ya me voy para
no molestarte
-Espéreme, espéreme Jefa, orita voy para allá
Entré con el Jefe que en tono molesto me preguntó quién
me llamaba
-Es mi mamá, viene a verme, está aquí en la ciudad de
México
-Y qué fregaos espera para ir a atenderla! Váyase! Nos
vemos el martes, yo quisiera tener a mi madre conmigo, ya no la tengo, y usted
teniéndola pues parece que no tiene, váyase Mister Márquez (así me decía),
atiéndala, lo que se le ofrezca, me llama.
Eché los papeles en mi portafolios y salí rápido a la
Central del Norte, ahí estaba mi Jefa, bien enojada, estaba con mi carnal Mono
quien me dijo que ya habían comprado los boletos de regreso a Torreón.
Tardé para convencer a mamá que cuando menos me aceptaran
ir a cenar, finalmente lo conseguí. En un momento en que mi Jefa fue al baño le
dije a mi hermano la intención de llevarlos a Villahermosa, ahí vivía yo con mi
familia, ahí trabajaba, estaba en México por cuestiones también de trabajo,
pero mi residencia estaba en Tabasco.
-Uuuh, no va a querer- me dijo mi hermano –llevamos muchas
horas de viaje y muchas otras más, ya no aguantamos.
-Nos vamos a ir en avión- le dije
-Menos carnal, menos va a querer ir
-No te preocupes, yo la convenzo
Y sí, la convencí, la llevaría al aeropuerto y la subiría
a un avión que “simulaba volar” y que “desde arriba” iba a ver toda la ciudad.
Ya no les platico cómo le hice para conseguir los
boletos, la cuestión es que cuando íbamos para la sala de abordar, al pasar por
el filtro de seguridad le pidieron a mamá poner sobre la mesa el muñeco que llevaba,
regalo para mis hijas, era uno de esos que salieron de moda, parecía un bebé de
verdad, lo llevaba en su regazo, tapado con su chal. No lo quiso soltar.
Convencí a los guardias de seguridad para que la dejaran pasar sin revisar,
amablemente y sonriendo nos señalaron dónde estaba la sala de espera del
“simulador de vuelo”.
Abordamos el avión, mi carnal en el asiento junto a la
ventanilla, mamá enmedio y yo en el pasillo, nos abrochamos los cinturones.
Mi Jefa no dijo nada cuando el avión se elevó, sólo
mencionó que no sentía nada.
A los pocos minutos llegó la azafata con charolas, era un
refrigerio. Pedí dos cervezas, una para mi hermano y otra para mí, un café para
mamá. -Ya van a empezar con el traguito- Nos dijo
Cuando le dieron su charola, inmediatamente metió
entre su abrigo la taza, los platos y los cubiertos para llevárselos...
Hablé con la azafata y tanto la convencí que aceptó que
mamá se llevara la taza, los platos y los cubiertos...“como recuerdo” y, también, sonriendo, le dio otra charola.
En menos de una hora aterrizamos en Villahermosa, mamá ya
estaba molesta y decía que qué bueno que ya terminaba el “juego”
-Ni sentí nada- dijo al bajar por la escalerilla del
avión, pero…
-Oye, cómo cambió el clima, hace rato hacía frío y
ahorita tengo mucho calor- dijo quitándose el abrigo
-Jefa… estamos en Villahermosa
-Qué? Estás loco
Se la creyó cuando vio a mi esposa y a mis hijas que ya
nos esperaban en casa.
Fueron dos días que no voy a olvidar, la llevé a Paraíso,
Tab., la veía muy a gusto sentada a la orilla de la playa, muy muy a gusto.
Sé, aunque nunca me lo dijo, que le gustó mucho “su
primera vez”, su primer vuelo, “su segunda vez” que estaba en la playa, su
“primera vez” fue en Tecolutla…
Onde quiera que esté Jefa, no estará sola, ni yo tampoco,
siempre está en mi mente…
Hasta la próxima, D.M.
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