TOTONAKEANDO
Desde el Imperio del Totonacapan!!!
Por Wanamá
Ag…ua, ag…ua, ag…ua. Balbuceaba yo cuando a la “altura”
de la casa donde vive mi padrino Matías Morales Reyes, de repente ya no podía
respirar, una pequeñísima basurilla se me atoró y me estaba ahogando. Ag…ua, ag…ua,
ag…ua, le pedí a una joven que afortunadamente pasó a mi lado y afortunadamente
de inmediato se metió a una tienda de abarrotes (yo tras de ella) y gritó
pidiendo ayuda. Salió la dueña de la tienda, se espantó, la joven le pidió agua…
-El señor se está ahogando!!!, le gritó. La señora de la tienda salió de
inmediato y ya llevaba una botella de agua en la mano, no recuerdo si ella
misma la destapó o fui yo. Tomé un pequeño trago, pensé que si tomaba mucha
agua, tal vez fuera peor. Tampoco recuerdo si llevaba segundos o uno o dos
minutos sin poder respirar. La misma señora de la tienda me dijo que “aleteara”,
volteé a verla y observé cómo lo hacía, abrí los brazos y empecé a moverlos de
arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba, de arriba hacia abajo, “aleteando”
pues. Un joven, desde la azotea de su casa me gritó… Siga “aleteando”!!! Tome
agua y eche la cabeza hacia atrás!!! Siga “aleteando”!!!... Seguí “aleteando”
con la cabeza hacia atrás, sólo me detuve para tomar otro poco de agua. Tampoco
recuerdo cuánto tiempo estuve “aleteando” pero poco a poco empecé nuevamente a
respirar, un poco de aire entró a mis pulmones, lo suficiente para sentirme un
poco mejor. Dejé de “aletear”, eché la cabeza hacia adelante, la señora de la
tienda se retiraba… Cuánto es? –le dije mientras señalaba la botella de agua-
No, no es nada, cuídese… -me respondió-. Gracias, muchas gracias, Dios la Bendiga,
Dios la Bendiga –le repetí- y a usted también Dios la Bendiga –le dije a la
joven que me había apoyado- Dios las Bendiga –les dije a las dos-. Caray, sentí
que me iba, es más, cuando me estaba ahogando ni en Dios pensé, aunque después
que ya había pasado todo me acordé de Él y sé que me estaba probando, sé que le
debo mucho y otra vez me dejó para que le pague todo lo que le debo, pero que
lo pague aquí, terrenalmente. Finalmente les diré que no se lo deseo a nadie,
que no pasen por lo que yo pasé pero, si llegase a suceder tomen un poco de
agua, echen la cabeza para atrás y, y… “aleteen”. (Por lo que me pasó no pude
asistir a los 5K de Cerro Blanco, ayer por la noche arreglé mis cosas para ir,
hoy me desperté a las 5 de la mañana y estaba dispuesto a correr pero preferí
no arriesgarme, después de lo que me había sucedido lo mejor es aguantarme las
ganas, ya habrá otra 5K para desquitarme)…
Hasta la próxima, D.M.
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