viernes, 15 de marzo de 2013

Si yo fuera presidente municipal



Si yo fuera presidente municipal...


Todos los mexicanos hemos disfrutado de las películas de Mario Moreno “Cantinflas”, especialmente cuando representaba al hombre pobre del pueblo, hoy sólo hablaré de la película “SI YO FUERA DIPUTADO”. Cuando los vecinos de la vecindad ya están hartos, por no decir hasta la madre, de las pillerías que se cometen en nombre de la ciudadanía, de los fraudes electorales, uno de ellos propone a "Cantinflas" el cual es peluquero, “venimos a verlo para proponerle que sea nuestro candidato a diputado, ¿Qué pasó? Yo soy gente decente ¿Por qué me hacen esa proposición indecorosa? En fin, lo convencen y finalmente, logran el triunfo a pesar de las pillerías del partido oficial. Nada más de recordar cuando dice su discurso en campaña <Estimados conciudadanos, estoy aquí, porque no estoy allá, y si el voto del pueblo me lleva a ser su representante…>

Pues bien, recordando a  me puse a pensar, si yo fuera presidente municipal, haría tres cosas, la primera, la segunda y la tercera, no, no es cierto, primero, como dicen los 10 mandamientos, no robaré, uy, diría alguien, ya valió madre, si no roba no sirve para político, aquí hay que robar, en el primer mandamiento, se roba en forma directa o en forma indirecta pero, se roba, la segunda sería no robar y la tercera… ¡NO ROBAR!

En la ocasión en que Pancho Villa fue gobernador de Chihuahua, le dijo a su ayudante, <necesitamos a un tesorero> ahí está mi compadre Pedro ¿Es honrado?, honrado, honrado, no es, pero sí es honrado; Villa entendió y lo nombró tesorero.

La anécdota de Villa es para entender que todos somos imperfectos, que todos tenemos fallas y por eso toleró al que roba con medida, lo malo es que los actuales, hijos de puta políticos actuales, en su inmensa mayoría roban sin límite, no tienen fin, roban hasta dejar asegurados a sus nietos, ya ven a Elba Esther Gordillo, dejó a su nieto como diputado federal y con puesto en el PANAL.

Dice una canción “se va acercando diciembre y sus posadas, se acerca ya la hermosa Navidad…”, así se va acercando el mes de julio en donde elegiremos a presidentes municipales y diputados estatales y ¿Qué creen que ha pasado? ¿Hacen falta candidatos? No, que va, un chingo de cabrones se han anotado, en cada pueblo y en cada ciudad al menos 8, 10 o más han levantado la mano para ser “los representantes del pueblo”, “los servidores de la ciudadanía”, “los siervos de la nación” y frases por el estilo, ningún cabrón ha dicho que va a llenarse los bolsillos del presupuesto público, pero como no hay borracho que trague lumbre, ninguno ha dicho: “No cobraré salario, mi sueldo lo dedicaré a becas para estudiantes como hizo don Francisco Ortiz Yorio en Tihuatlán, ¡Ninguno! Todos podrán decir: “estoy loco, pero, no pendejo”.

Si usted piensa que estoy equivocado dígame por qué líderes sindicales, maestros, juniors, fraccionadores de terrenos que compran por hectárea y venden como solares de 10 x 20 metros, sin ningún servicio público, gente sin profesión, en fin, de todos los sabores y colores, se desgañitan por ser los nuevos presidentes y diputados.

Cuando Dios estaba a punto de destruir Sodoma y Gomorra dijo : “Si hay un solo justo, no destruiré estos pueblos”, todos sabemos que tuvo que destruir las ciudades que vivían en el pecado, así, sin querer ser irreverente, puedo parafrasear ¿Dígame usted, un solo candidato que sea honrado, uno solo que no busque su beneficio personal, uno que no sea guiado por la avaricia, uno que no tenga antecedentes de que haya vivido del dinero público sin haber sido cien por ciento honesto, dígame uno que venga de las aulas o de los centros de trabajo y que aspire a ser funcionario público por el pueblo y para el pueblo. ¡Dígamelo! Y como dijo Santo Tomás: “hasta no ver, no creer”. Nuestro México está jodido, la razón es sencilla, la corrupción que nos mata, cómo me daría gusto conocer a un político honrado que quiera ser presidente municipal o diputado para votar por él en julio. ¿Usted qué piensa? ¡Piense…!


Publicado en el diario Noreste, por el editorialista Juan Dávila Ledezma

Marzo de 2013